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La ficción y la ilusión seducen la esperanza pero no ocultan la verdad que se asoma entre la bruma. Esa verdad de que no todos nacen con las mismas oportunidades, la mentira de creer que los poderosos y ricos quieren un bien común para todos. La verdad de que no existe el poderoso que no robe, engañe y abuse de los desvalidos sociales, del que no estudia, del pobre… pero peor aun, de los que creen. Creemos en la mentira que se puede ser honesto y poseer mucho dinero simultáneamente. Vemos… pero no creemos, preferimos seguir un sueño… tenemos la capacidad de poner nuestra mirada sin rumbo y no ver directamente que el mundo se mueve al revés de como nos enseñaron de niños...
El fuerte gana y el débil pierde así siempre ha sido y cuando derrotes a uno, habrá una decena para coger su puesto. Aprendimos a bajar la cabeza, a inyectarnos esperanza, para provocarnos ceguera y no ver que nuestro camino más seguro es el mismo que llevas caminando por años. Puedes correr e intentar cambiarlo, pero realmente no eres quien decide hasta donde llegas… ya estamos predestinados... en tu nacimiento… pero puedes creer que no es así… tu mente….esa es tu mejor herramienta.
Creer es un tesoro aunque su valor no podamos cambiarlo por dinero, pero sí hacerlo dinero… al final se trata de nosotros mismos y solo existe una sola cosa en quien creer… tú